lunes, 24 de octubre de 2016

Goya: La pobreza como factor de desarrollo (2002)

(Este artículo fue publicado en Noviembre de 2002. Fue un pantallazo de mi vivencia en Goya durante casi dos años. Valore el lector si algo ha variado). 





Goya es una ciudad que se ha caracterizado históricamente por brindarse a la Provincia como un pueblo autosuficiente, distante de las vicisitudes del resto del territorio, y lo que es más, con propia personalidad cultural distinta de la Capital, su archi-rival urbano.

Pero esta imagen que generaciones de goyanos trataron de transmitir y de auto imponerse como una forma diferenciadora del resto, hoy, en un mundo globalizado, envuelto en una crisis sin precedentes en todos los ámbitos: internacional, nacional, provincial y local, hace resaltar con mas fuerza de que Goya es una ciudad mas de tantas otras que, sumergidas en la pobreza de su población, solo tiene para ofrecer alguna que otra ventaja comparativa, frente a sus pujantes vecinas, tales como la otrora pequeña Santa Lucia, la turística Esquina o la industrial Bella Vista.

Con alguna que otra empresa industrial mas allá de la emblemática y cincuentenaria Massalin, su población aparece hoy sumida en un alto porcentaje de desocupación, un alto índice de indigencia y NBI, casos alarmantes de desnutrición y mortalidad infantil, y una cada vez más creciente población analfabeta o con pocas posibilidades de tener acceso a los beneficios de la educación y la salud, ya no del trabajo que aparece como una quimera.

En ese nivel de proyección de la pobreza estructural de gran parte de su potencial humano económicamente activo, aparece un segmento social que dilapida los recursos, ostenta los bienes, se pavonea con los apellidos, y conserva privilegios que ya están en el olvido.

Esa actitud, que reitero, se da en todas partes, aparece como una forma de querer mantener una imagen diferente a la del resto de sus hermanas de la provincia, convirtiendo al Goyano en un ser que quiere ser distinto, pero no lo es en absoluto, salvo por querer conservar algo que ya no tiene: el garbo.

Se impone entonces una autocrítica que parte de una inserción de Goya al mundo y del mundo en Goya, la que se debe dar a través de los canales que hoy propone el mundo, y de las ofertas que la ciudad puede dar y con las cuales atraer capitales, visitantes y desarrollo.

Claro, que hoy por hoy, la pobreza como factor de estancamiento, hay que convertirla en  factor de desarrollo, y la única manera de lograrlo es insertar a los sectores mas desprotegidos en la participación activa en proyectos de desarrollo comunitario y aceptarlos como potenciadores de emprendimientos que atraigan a los de afuera.

Los sectores intermedios de pleno desarrollo en la comunidad, tienen un lugar de preponderancia, porque generan lideres, los ponen a la consideración  publica, los interrelacionan con sus pares y si están orientados con mentalidad expansionista, pueden atraer bondades hasta hoy negadas debido a un absurdo chauvinismo de que Goya no necesita de nadie para salir a flote, cuando en realidad nos estamos hundiendo con cualquier lluvia o inundación.

Hoy mas que nunca Goya es una ciudad que precisa de todo, empezando por una apertura de su mercado interno, cerrado a las fronteras de la provincia mas que por una protección de sí misma, que origino que sea una ciudad donde conseguir diversidad de productos sea un imposible, y pocos monopolicen los que deben entrar en la misma.

No se trata tanto de cerrarse para que no se entre, sino de abrirse para  salir con lo que se tiene. De esta manera, Goya debe venderse, y en vez de un absurdo “Compre Goyano”, hablemos de un “Vende Goyano”, a precios competitivos, y con una dinámica que permita sacar todo lo que se pueda producir a un mercado regional ávido de productos locales.

Solamente aquellos que salgan podrán visualizar que afuera hay un mundo, que es igual a este, y que no hay que temerle, porque la identidad de un pueblo no se fabrica  a través de un simple nombre o gentilicio, sino de una marca que se pueda vender, cuanto mas competitivamente, mejor.

FREDY MIRANDA
Periodista

Noviembre 2.002

domingo, 23 de octubre de 2016

El oficio del periodista



 Un debate que nos debemos los que ejercemos con pasión el oficio de periodistas, sigue siendo el mismo desde hace algunas décadas cuando comenzaron a florecer las carreras de Periodismo, de Comunicación Social u otras afines, con la finalidad de sistematizar el estudio y el ejercicio del mismo: la colegiación, como existe en otros países. Sin ánimo de polemizar, pero sí de expresar una realidad que nos duele, vemos cómo nuestro trabajo en vez de jerarquizarse con tales iniciativas, sólo ha logrado dividirnos entre quienes nos formamos en la calle, siguiendo una vocación que va más allá de lo meramente instrumental, y aquellos que lograron una capacitación universitaria y aquellos surgidos de esas carreras.
 Y digo capacitación, pues los títulos que se otorgan por las distintas facultades y centros de estudio de periodismo, sólo logran otorgar simples papeles que acreditan el paso por aulas magistrales, pero no transmiten lo esencial, ni lo harán, del “olfato”, el “fuste”, la “pasión” del periodista.
 Ni siquiera los títulos otorgados por el Instituto Superior de Educación Radiofónica (Iser) logran jerarquizar al periodista que quema sus pestañas en el estudio, pues tampoco ellos son habilitantes para el ejercicio de una profesión digna. Éste no se forma en las aulas, por más residencias, capacitación o posgrados que pueda adquirir, pues el “alma de periodista” es una vocación, un llamado, y a su vez una habilidad casi innata, pulida quizás en los salones de clase, pero no adquirida sólo con el conocimiento sistemático. Recientemente se criticó severamente la presencia de periodistas “de oficio” en aulas de la carrera de Comunicación Social participando de una charla alusiva al Día del Periodista. Afirmo, ya no como tal, sino como simple observador de la realidad, que esa presencia fue la mas feliz que pudo darse para los estudiantes que siguieron sus experiencias expresadas en la exposición y el debate. Nada más enriquecedor para quienes creen tener esa vocación, que palpar desde la experiencia contada, la realidad del periodismo correntino, más allá de todo idealismo, o ideologismo. Lo dice alguien que no sólo se formó en la calle, sino que también pasó por esas aulas. Y en ese paso me di cuenta que muchos de sus docentes impartían enseñanzas de algo que nunca experimentaron, y menos aún, sabían cómo transmitir la realidad de los medios. Poseían quizás los instrumentos de estudio, pero casi nunca lo aplicaron, y cuando llevaban a sus alumnos a hacerlo, chocaban con la realidad. Rescato también a buenos profesores surgidos de las redacciones de los diarios, como los profesores Lubary o Almirón (nunca estudiaron para ser docentes, y menos aún para periodistas), y lamentaba en ese entonces ya, la discriminación que se daba para aquellos periodistas de radio que por no tener títulos habilitantes de docentes, no podían transmitir lo que sabían, lo que tanto bien hubiera hecho a toda una generación de egresados. Lograr la fusión de universitarios y empíricos quizás suene utópico, pero unos no son mejores que los otros. Lo único que los une es que ambos ejercemos un oficio, (digo oficio y no profesión), y creo que estamos muy lejos de jerarquizarla hasta tanto no nos colegiemos reconociéndonos que nos une una misma pasión. Al que no la siente, por supuesto, que por más colegiado que esté, le alcanzará aquello de “Lo que Natura no da... Salamanca no presta”.
 Fredy Miranda
Junio de 2006

jueves, 20 de octubre de 2016

Andresito, como San Martín, es un héroe misionero, no un héroe correntino

Andrés Guacurarí, el Comandante General de las Misiones, ha sido construido desde la historia misionera como el héroe que combatió a la invasión luso brasileña y al poder centralista de Buenos Aires, forjado en el espíritu de las Misiones Jesuíticas.
Su efímera incursión a Corrientes fue dentro de una estrategia política del general Artigas para hacer frente a este último poder, que hacía su fuerte entre las clases acomodadas que servían a los intereses de la ciudad puerto del Rio de la Plata.


A Andresito hay que buscarlo en la historia, donde se halla, en su momento histórico y con categorías de su época.
Andresito es misionero porque nace en San Borja, territorio de la Provincia Hispánica de las Misiones, heredera de la Provincia Jesuítica de Misiones, actual territorio de Río Grande do Sul, Brasil. 
Históricamente, como su coetáneo San Martín, es misionero por origen, y parodiando a lo que los correntinos tratan de hacer con la figura del Padre de la Patria, del que dicen que es correntino, Andresito sería hoy brasilero. Algo que seguro muchos rechazarían, pero vale la justificación si de sacar de las categorías históricas a los personajes se trata.
Andresito no es un héroe correntino, porque nunca combatió a favor de Corrientes, ni tampoco lo hizo con tropas correntinas, sino con tropas guaraníes, como él, en defensa de los Pueblos Libres, y es cierto, fue un militar que ocupó por la fuerza una ciudad que sabía que no era misionera, sino contraria al interés general del federalismo, y aliada al poder porteño.
En ese sentido, Andresito es un héroe de las Misiones, porque se jugó por ellas y murió en el intento. En Corrientes solo fue un invasor por razones estratégicas. En su calidad de tal, nunca asumió el gobierno local sino que colocó un gobernador de una de las facciones en pugna, facciones que ya existían desde la presencia de los Jesuitas en la ciudad, y que la dividieron políticamente hasta hoy, en pro-jesuitas y anti jesuitas primero, comuneros y españoles, después, y patriotas y realistas mas tarde, subyacendo como indican algunos historiadores correntinos, como unitarios y federales, a celestes y colorados, liberales y autonomistas, conservadores y progresistas o populares, hoy. En ese contexto, Andresito apoyó a los sectores postergados e hizo pesar su poder sobre los patricios de la oligarquía local. Sobran las anécdotas en ese sentido.


Pero Andresito, nunca arremetió contra las costumbres de la correntinidad, al contrario, revalorizó sus fiestas, respetó la Legislatura, impuso un orden basado en las leyes que rigieron en las Misiones, y trató de ganarse la simpatía de varias familias locales. Trató de mostrarle la riqueza de la cultura heredada y la fusionó con la correntina, muy ligada a la herencia española y asunceña.
Pero en seis meses, nunca trató de cambiar o inculturizar lo que ya era propio, salvo las enseñanzas hechas a las familias patricias de cómo debian ver al indio, con acciones ejemplificadoras, como aquella aprehensión de los niños de las familias patricias, para demostrarles a las madres de cómo se sentia cuando tomaban de criados o esclavos a los hijos de las indias, práctica que continúa hoy, con las jóvenes del campo, traidas a la ciudad con la excusa de “ayudar a que estudien y trabajen en la casa”.
Esos seis meses no son suficientes para colocarlo en el centro de la historia correntina, sino que no deja de ser un capítulo más en sus más de 400 años de existencia de la ciudad y la comarca.
Pretender erigir a Andresito como figura central histórica es una aberración cultural a contramano de la misma historia.
Pretender colocarlo como el eje cultural, militar, ideológico y político de la historia de la correntinidad, es volver con Andresito invadiéndola, pero mal.
Cuando era presidente del Concejo Deliberante de Corrientes el señor Norberto Ast (UCR), quien supo ser tambien presidente del Centro de Estudiantes Misioneros en Corrientes “Andrés Guacurari” durante dos períodos, charlamos varias veces obre la posibilidad de traer la memoria del héroe misionero a Corrientes. Y él mantuvo su negativa, ya que sabía de lo hiriente que podría ser a la idiosincracia correntina imponer una figura que le sigue siendo extraña. Es más, hasta le propuse en mi entusiasmo misionero que se cumpla el monumento en la actual Costanera donde hoy se levanta finalmente la estructura. Finalmente, se consensuó que fuese en la Rotonda de la Virgen, en la Plaza del Mercosur, verdadero cruce de caminos y centro virtual de la región.
Vale un monumento, vaya que sí, vale revalorizar la Bandera que impuso en su momento, pero que después fue cambiada por una hecha por correntinos que mantiene la leyenda de Patria, Libertad, Constitución, cuando se federaliza Corrientes.
No vale en cambio, hacer de su figura el eje central ideológico con categorías actuales de algo y alguien que tuvo una visión muy lejos de lo que hoy se quiere imponer.
Como misionero, de sangre guaraní, respeto profundamente la idiosincracia y la historia propia de los correntinos, donde he visto y vivido sus contradicciones, pero que es una forma de ser al fin, muy distinta en muchos aspectos a la misionera. Solo quienes podemos observar con algún grado de objetividad, podemos atrevernos a juzgar esta imposición política de una figura como algo que no es.
Andresito no es solo el Monumento, Andresito es la figura que representa a las Misiones Jesuíticas. Es la Libertad del indio ante la afrenta del blanco conquistador, pero en la fusión de ambas culturas, con el cristianismo que transforma a las personas en seres buenos y con valores humanos, y es la fusión perfecta entre la Cosmovisión Guaranítica y la Fe Católica. Si no se lo conoce y no se lo ve en ese contexto universal, podremos hacer aberraciones como las que observo cuando tratan de hacer un revisionismo con categorías ideológicas de este tiempo.
Creo que los correntinos deben poner en un pedestal más alto que al de Andresito a su propios héroes, que son muchos y sobran. 
Andrés Guacurarí, el héroe misionero, está en esa pléyade de héroes regionales pero con pertenencia local, basada en Misiones. Darle una categoría por encima en la ciudad es sacarlo de su contexto histórico. 
Sí, Andresito se merece estar en ese cruce de caminos, con su altura correspondiente, para señalar el camino a la región. Pero por favor, no traten de imponerlo, Su figura allí, se impone sola, sin necesidad de oportunismos políticos efímeros.

Fredy Miranda
Periodista
Ex Secretario de Prensa del Centro de Estudiantes Misioneros en Corrientes "Andrés Guacurarí"


miércoles, 19 de octubre de 2016

19 de Octubre: La Noche de los Gases


Una noche como ésta, un martes 19 de Octubre de 1999, se desató una de las represiones más crueles que el gobierno de la Coalición ejerció sobre parte del pueblo correntino, solo por ser de un color diferente a su opinión, en medio de un enfrentamiento entre hermanos. 
Una noche de gases, piedras y balas, frente a la Casa de Gobierno y en las calles aledañas. Vendrían 10 mil despidos de un plumazo, la persecución política por ser de signo distinto, el encarcelamiento y el armado de causas truchas que aún transitan los juzgados, la paralización de la obra pública, la profundización de la crisis económica y social que decían venir a solucionar, la utilización política de maestros y empleados públicos con el engaño de que se solucionarían todos los problemas, la corrupción supuesta combatida con más corrupción y el despilfarro de cargos: tres interventores, tres funcionarios por cada cargo. El nombramiento de jueces sin haber superado el puntaje en el Consejo de la Magistratura, el amañamiento en la designación del gobernador con doble cargo (gobernador y senador a la vez) .

YO LO VI Y LO TRANSMITÍ POR RADIO.
Ese 19 de octubre de 1999 me tocó cubrir una de las más fuertes represiones de la Coalición sobre militantes del Panu que intentaban copar la Casa de Gobierno, en plena crisis política de la provincia. Tosí, vomité, corrí, pero en ningún momento interrumpí la transmisión en vivo para LT 4 Radio Difusora Misiones, desde las 23 hasta las 6 de la mañana del día siguiente. 
Junto a Natalio Aides que lo hacía para Sudamericana, soportamos los gases lacrimógenos, las cargas de la caballería, los escopetazos de balas de goma de la Prefectura apostada en los techos, las piedras que caían sobre nuestras cabezas y la gritería de la gente. 
Una batalla feroz (por quien la comandaba, Jorge "Feroz" Perez Rueda), dejó un saldo de heridos que atiborraron el Hospital Escuela. Hoy es una anécdota, pero fue uno de los momentos más álgidos en que vi a los correntinos enfrentarse entre sí por cuestiones políticas. 
Los manifestantes fueron dispersados por la fuerza: entre ellos habían mujeres, niños, jóvenes y mucha gente inocente que recibió la represión policial y de la Prefectura apostada en los altos con armas que podían haber causado alguna muerte, y que por suerte no ocurrió. 

La noche de los gases
El clima de ese día se presentía mucho más que tenso. Arribé desde Posadas a Corrientes a media tarde, mientras escuchaba por la radio la arenga de Tato Romero Feris, preso en el Sanatorio del Norte, llamando a una concentración en la plaza La Cruz al caer la tarde, para un acto reivindicatorio del gobernador suspendido Pedro Braillard Poccard, y el cierre de la campaña hacia las elecciones de ese año.
Es que esa noche a las 0 , fenecían los tres meses del límite máximo de la suspensión de Braillard, por lo que debía reasumir en la Casa de Gobierno, claro está, si lograba entrar a ella.
Perez Rueda había concurrido al sanatorio a hablar con Tato, pero éste lo sacó con las cajas destempladas, a los gritos, y lo echó de la habitación que ocupaba bajo un cuadro hipertensivo. Un grupo de mujeres arremetió contra el ministro y le prodigó huevasos, patadas e insultos.
                                     
Sabido de esta situación, Rubén Perié, el senador - gobernador interino, se atrincheró - se comentaba que armado hasta los dientes- en el despacho de Mayo y Salta, y rodeó las alturas con efectivos del grupo Albatros de la Prefectura. También militantes adeptos se aprovisionaron con piedras y armas en los edificios cercanos.
La convocatoria naranja fue multitudinaria, y tras el acto político de rigor, se dirigieron en dos columnas, una por calle La Rioja y otra por Salta hacia la Casa de Gobierno.
La Plaza 25 de Mayo estaba llena de carpas, pero desierta de personas. Sus ocupantes habían huido temerosos de un enfrentamiento entre hordas.
Los legisladores del PaNu acompañados de varios peronistas, hicieron un cordón de frente y avanzaron a paso firme. Al llegar a Carlos Pellegrini lo esperaba un cordón de efectivos de infanteria de la policía, munidos de escudos y garrotes. Detrás, los lanzagases. Cuando vieron lo decidido de los manifestantes de atravesar la muralla, vi en los ojos de los muchachos policías la desesperación de la inminencia del combate.
Un senador , creo que Mattos Castañeda, arremetió contra el centro de la formación recibiendo un empujón de escudos. La multitud arremetió por los flancos en las veredas, y los policías fueron desbordados, retrocediendo despavoridos mientras los lanzagases hicieron los primeros disparos, lo que apenas pudo frenar por algunos minutos a la gente, que en vez de retroceder corrió hacia 25 de Mayo, adonde estaba apostado un segundo retén con vallas.
Allí, transmitiendo todo en vivo, sufrimos los primeros vómitos de los gases. Así y todo me daba hálitos para continuar al aire, entre toses y lágrimas. Como había viento, se dispersó el gas y fui corriendo a observar el segundo choque.
Desde un edificio de varios pisos ubicado al lado de la cochería De Bonis, salían fogonazos. Desde allí se disparaba a mansalva a la multitud, sin demasiado éxito. Un camión con equipos de sonido con el diputado Marco Costa en el micrófono, arengaba a la multitud a que continúe hacia la puerta gubernamental, entrecerrada.
Allá fueron corriendo mientras llovían piedras lanzadas desde los techos de los edificios a todo lo largo de esa calle hacia Salta. Un gran bloque de escombro del tamaño de una bolsa de cemento cayó a mi lado y de Natalio Aides, del cual no me despegaba, ya que compartíamos cada milímetro de cornisa para guarecernos de la lluvia de cascotes. El, enfundado en un pañuelo árabe que había traído de sus incursiones de Medio Oriente, parecía un beduino en medio de una tormenta de arena. No veíamos nada por el humo de los gases, y tratábamos de respirar agachados, adonde el aire era más limpio. La prioridad para nosotros era seguir contando lo que veíamos.
Llegada las doce de la noche, recibo la orden desde la dirección de la radio, desde LT 4, propiedad en ese entonces de Jorge Goitia y a cuyo frente estaba Julio Burna, luego Director de Información Pública de Ricardo Colombi, de continuar la transmisión, a pesar de que la misma finalizaba a esa hora. La radio iba a continuar al aire porque en el norte de Corrientes y en Misiones la gente seguía atenta a lo que estaba contando desde el lugar de los hechos.
Una vez llegada la multitud a la puerta de la Casa de Gobierno, al frente se puso Braillard Poccard. Intentó ingresar y mantuvo un diálogo con el jefe de policía Comisario General Amadeo Smirt Amarilla. Le ordenó cuadrarse ante su jefe. Este le trasmitió que tenía orden de no dejarlo pasar. Se decía que el despacho estaba el gobernador interino Perié, armado, dispuesto a descerrajarle un tiro si se atrevía a ingresar a la oficina.
Tras unos cabildeos, coincideron con el ministro Pérez Rueda de dejar sentarse a la gente en la calle mientras negociaban.
Así se hizo y mujeres, chicos y jóvenes se sentaron en el todavía caliente pavimento, sembrado de piedras y cartuchos de balas de goma.
Habrían transcurrido media hora, cuando apareció por Salta un escuadrón de caballería amenazante.
Detrás el grupo PAR y en el medio, Pérez Rueda, dando indicaciones al jefe del grupo.
En un momento, y cuando parecía haberse calmado todo, los caballos salieron disparados acicateados por sus jinetes y arremetieron sobre la gente que estaba sentada, pisando y atropellando todo a su paso.
El cuerpo a cuerpo fue feroz, y otra vez los gases. 
Los caballos se frenaron, por instinto, y no avanzaron, por lo que lo hizo la infantería. El camión de sonido atravesado a lo largo de la calle impedía huir a la gente que quedó atrapada entre dos frentes. 
Así y todo era difícil dirimir un desenlace. Los más corajudos arremetieron contra la policía, y la lluvia de gases, balas y perdigones se repetía a cada rato.
Cada acto, cada disparo, cada expresión, cada imagen, era transmitida por mí, y creo que fue una de las más creativas que tuve en mi vida periodística. Contaba todo, sin perderme nada. Relataba y relataba, como si fuera un partido de fútbol, con el énfasis que el momento ameritaba. 
La comunicación se cortaba a cada media hora por un temporizador en el celular, asi que me permitía respirar y repasar lo que estaba viviendo. Así estuve por tres o cuatro horas. 
A eso de las tres de la mañana, los militantes que resistían sin bajar los brazos recibieron la orden de dispersarse. Así y todo permanecieron resistiendo muchos, sobre todo los más jóvenes.
Solo así pudo avanzar la policía y a cada media cuadra se detenía por la resistencia que los hacía recargar sus escopetas Itaka. 
Luego la represión continuó calle por calle en el centro. Por San Juan, por Junín, por La Rioja, los heridos iban caminando hacia el Hospital Escuela. 
Allí reportaron oficialmente 17 heridos ingresados, con cortes, impactos de balas de goma y principios de asfixia.
Comenzaba a amanecer el 20 de octubre, y la ciudad se despertaba para vivir otro día caluroso. 
Curiosamente, todo retornaba a la normalidad. Salvo las clases que desde hacía cuatro meses estaban suspendidas por un paro interminable, el comercio abría sus puertas, la gente volvía a su rutina laboral, y el sol dejaba al descubierto el campo de batalla. 
Ese mismo día el Presidente Carlos Menen enviaba al Congreso un proyecto de intervención federal a la provincia, que nunca fue tratado.
Yo me preparaba para volver a Posadas, culminado mi trabajo.
Antes pasé por el Hospital, y vi a los heridos sentados en la emergencia, aguardando se atendidos y que alguien los buscara. Anónimos la mayoría de ellos. Entre ellos habían pequeños productores que había recibido la "fumigada" de sus vidas, jóvenes estudiantes, mujeres madres y gente de los barrios pobres.
Corrientes vivía su peor crisis económica, social y política, que aún faltaba transitar su peor momento, rumbo a una intervención sangrienta, que perduró en el tiempo con más sufrimiento aún.
De regreso a la tranquilidad de mi provincia, me repetía, ¡Pobre Corrientes!.
Ese domingo siguiente, el 24 se elegía un nuevo presidente, y la historia se pondría aún más intrincada. 


http://www.lanacion.com.ar/158131-corrientes-menem-pidio-la-intervencion-federal








lunes, 17 de octubre de 2016

Agosto de 1.999. "El espiral de la Violencia y el Vértigo solo llevan a la Tragedia"

Este artículo lo escribí en los tumultuosos días de 1.999 en Corrientes. Quiso ser un llamada a la cordura cuando los correntinos se enfrentaban entre sí acusándose mutuamente, en un espiral que iba creciendo en violencia y desencuentros, separando familias, amistades, y afectos. La historia es por todos conocida y de cómo se prolongó esa agonía, y creo que aún hoy perdura en algunos aspectos. Sin dudas que se perdió una oportunidad histórica para la provincia en esos tiempos, debido a errores de todos. Me refugié en mi provincia natal tratando de entender la furia desatada, pero fue inútil. O yo estaba en otro plano, o Corrientes había dejado de ser la que conocí. Quizás, llevada por el sino de históricos desencuentros, volvía a repetir su historia. Un poco denso, pero hay que entender el texto en medio de esa vertiginosa experiencia, tratando de encontrar un poco de paz para todos. 
Este artículo fue rechazado y ningún medio quiso publicarlo. Aún no sé porqué. Aunque creo que debe ser porque estaban distraídos en una pelea fraticida. 

"El espiral de la Violencia y el Vértigo solo llevan a la Tragedia"

         Los hombres, simples mortales del tiempo, solo alcanzan a ver claramente las cosas y el mundo que los rodea a partir de que comienzan a situarse en la dimensión real de sus propios límites, cuya finitud los aterra y desespera, buscando violentamente rebelarse ante esta realidad absoluta.

         Pero para quienes pueden ver más allá, saben que el único escape a esa finitud es la tragedia, que como una catarsis libera al pueblo de los dolores de una existencia que lanzada en su propio vértigo, casi por inercia choca trágicamente con la realidad.

         Creo que es esa la situación histórica que estamos padeciendo. Los hechos que están aconteciendo dentro de un peligroso espiral violento que es atizado por todos, como si fuera indetenible, sacado violentamente de los corazones como por una mano que impulsa a la autodestrucción, es nada mas que parte de esa realidad de la vida humana. Podrán esgrimirse mil razones de uno u otro : situaciones injustas, corrupción, falta de credibilidad, ofensas, culpas de hoy y de antes, pero en el fondo de todo subyace el determinismo de salvarse cada uno como pueda, pero en montón.

         Y ojo, que digo en montón, y no todos juntos.

En montón significa, salvémonos pero salvando cada uno lo suyo, peleando cada uno por lo suyo, por los intereses particulares de cada uno, llámense sueldos, acreencias, privilegios,‘lo que llamamos vulgarmente  la quintita, que por ser legítima, nunca será motivo suficiente, porque en la escala de valores de superación autentica, es un valor inferior ante lo que significa el otro concepto de Todos Juntos, porque el medio para hacerlo son los métodos de la violencia, donde ante mis intereses particulares se enfrentan los intereses de los otros que está en contra mía, por lo que los tengo que destruir.

         Cuando el Montón significa salvémonos, porque me salvo yo, estamos ante el mas profundo egoísmo que subyace en nuestro inconsciente humano.

En cambio cuando hablamos de Todos Juntos, abrimos la puerta a un valor superior cual es la Solidaridad.
        
         La Solidaridad nunca utiliza la violencia ni la inquietud de ánimos para imponer derechos o exigir obligaciones. Al contrario, es la fuerza que sale de corazones solidarios y pacíficos por sobre todas las cosas, que vislumbran que la defensa de los valores por los que se lucha, no es la del hombre contra el hombre, sino la del hombre a favor del hombre, del prójimo, del otro, para su felicidad, respetándola en su absoluta libertad dada por Dios.

         La Solidaridad es nada mas ni nada menos hacerme como el otro, para que con el otro sea uno, compartiendo su dolor y buscando Juntos el mejor camino que nos llene de paz y alegría, pero no la utópica de querer la violencia para que al final de la lucha la consiga, sino al de hacerla todos los días viviéndola  a cada instante intensamente. Al decir de San Ignacio de Loyola, (no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el vivir las cosas internamente).

Solidaridad cuyo fruto permanente, cuyo Mana eterno es la Paz de los corazones.

         Solidaridad que, en estos días está ausente en muchos corazones desde el mismo momento en que  los odios de antaño han salido a relucir  con tal fuerza que han quitado la paz de los ánimos, y colocado solo intranquilidad, intranquilidad que nunca permitirá ver mas allá, como pide el Principito al decir que lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve correctamente con el corazón.

         El primer fruto de la violencia interna es la desesperanza, el desasosiego, la tristeza y la sensación de que el fin se acerca

Pero, viendo más allá: ¿es esto realmente cierto?

         Hace poco escuché a un pastor de la Iglesia Católica, no importa quién, decir que estaba eufórico. Un término que significa buena fuerza en su raíz etimológica. Pero lo que se siguió de sus actos solo fueron palabras de desesperanza, desasosiego e inquietud, prometiendo una paz que nunca llegara y una actitud contra las conciencias de los demás, sin respeto por lo que el otro piensa o cree.

 No será que estaba en vez de eufórico, exhaltado, es decir, fuera de sí, ¿sin paz  en el corazón?.

         Si los hombres consagrados a Dios, espiritualmente transmiten ese delicado mensaje, solo siembran, como quien siembra vientos, las semillas de las tempestades.

         También he oído que muchos actores de esta gran novela humana, dicen defender sus actitudes escondiéndose de quienes los atacan, o convocan a todos a tener memoria.

         Mirar al pasado que ya no se puede cambiar no cambia para nada la historia, si no proponen salidas esperanzadoras hacia el futuro. Solo acrecienta el pase de facturas, es decir si te di, hoy me debes ese favor, en el más acendrado materialismo egoísta que pueda el ser humano utilizar para restringir la libertad de conciencia de los demás.

         Cuando en las escalas de Valores , aparece el fruto creativo de la solidaridad, puestos en un mismo plano con los demás hombres que comparten mi tiempo y mi existencia, podremos generar actitudes novedosas en los demás, por que el Amor contagia, no genera enfrentamientos, y trae mas Paz a quien la siembra.

         Solidarizarse con el otro significa no empujarlo al abismo, no querer hacer lo que el otro no quiere que haga por el, sino ponerse a su disposición en una franca actitud de colaboración en su adversidad, para hacer todos los días el trabajo creativo que da frutos de alegría inmediata, sin esperar a un ilusorio momento  que nunca llegara.


         Es el vivir el día de hoy, que es lo único que tengo en mis manos, para ser mas feliz que nunca, en medio de todos los avatares, aun en el de las mas grandes adversidades.

         Es abocarme a lo que es mi responsabilidad concreta en ese conjunto solidario que es la Humanidad, y que esta ansiosa de ejemplos de Virtud y modelos de hombres de bien.


         La Madre Teresa de Calcuta solo supo vivir intensamente el cariño por los que mas sufren sin esperar realizar cosas extraordinarias, ni presionar gobiernos o corazones cerrados. Simplemente hizo lo que tenia que hacer ocuparse concretamente del moribundo, del anciano del inválido, del niño hambriento, de la mujer abandonada, del sidótico extenuado o del drogadicto aterrado. No precisó de marchas, gritos, expresiones condenatorias o adulaciones para hacer lo que hizo, solo lo hizo. Y murió en la paz de una santa como vivió toda su vida.

Fredy Miranda
Corrientes, Agosto de 1.999

domingo, 16 de octubre de 2016

SAN CURA BROCHERO


Cuando el Papa canoniza a un Santo, lo convierte en Universal. No lo hace porque sí. Lo hace porque el Pueblo lo ha impulsado, y se ha comprobado su santidad. Es un santo para creyentes y no creyentes, católicos y no católicos. Es santo de por sí, por mandato divino, independientemente de la fe que se profese o no.
Ese es el gran misterio que rodea una canonización. Podrá ser aceptado o no por las personas, pero eso no cuenta ante la Realidad Divina, que trasciende la finitud humana. Y nos demuestra que santo, puede ser cualquiera de nosotros, lo que significa, haber superado aquel viejo apotegma del Viejo Testamento, por el cual "solo Dios es Santo".
Con Jesús, en una Nueva Alianza, se nos hace partícipes de su santidad y se prolonga a toda la Humanidad, derramándose la Misericordia en los corazones buenos.
Es por eso que, San José Gabriel del Rosario Brochero, nuestro Santo argentino, es el ejemplo que nos indica que aún en nuestras limitaciones, la posibilidad de participar de la Santidad siempre está al alcance de la mano.
No es casualidad que el Dia de la Madre, de nuestras santas madres, coincidiera con esta fecha.
Ruega por nosotros, San Cura Brochero.

sábado, 15 de octubre de 2016

EL MONEDERO DE MAMÄ


El día anterior al Día de la Madre de 1977, decidí que el regalo a mi mamá sería un monedero, Su viejo contenedor de billetes que atesoraba, de esos que se cierran con una presilla, ya estaba pasado de moda, y había aquilatado los pesos que supo recaudar cosiendo ropas, armando cigarros y haciendo alguno que otro cuidado, para juntar la plata con la que nos daba de comer, en el día a día que significaba vivir después de la muerte de nuestro padre.
Sola ante el mundo todo su tesoro eramos nosotros, mi hermano y yo, y ese monederito que era su vida y la nuestra.
Como en esos meses había cobrado esa pensión de mi padre que tardó cuatro años de interminables trámites en percibir, con un poco más de dinero y un poco más de regularidad en sus haberes, pensé: "que bueno sería que mamá pueda guardar en un monedero más grande y nuevo el dinero que ahora por derecho le correspondía". Y allá fui, a elegir el mejor y más grande, de esos que tienen muchas cavidades, con billetera y todo, y hasta un espejito de maquillaje.
Lo que yo no sabía, es que a los pocos meses se iría, y el desamparo vendría por otro lado.
Los monederos se perdieron en el tiempo. Quién sabe adónde fueron a parar,
Pero me quedó el recuerdo del tesoro que contenía aquel viejo y desgastado monedero, que yo un día de la Madre quise reemplazar, no sabiendo que el contenido era lo que más valor tenía, porque era fruto del esfuerzo y el trabajo desvelado de quien sabe cuántas preocupaciones, para darnos una educación y una base para seguir creciendo cuando ella ya no estuviese.
Por eso mamá, te regreso tu monedero, el viejito, el que quise cambiarte, porque ese fue el que me hizo lo que hoy soy.


Octubre de 2015

viernes, 14 de octubre de 2016

El 99, el año en que se conspiró contra la democracia y generó todos los males

El orden institucional en Corrientes se rompió en 1999, y aún se sufren sus secuelas, a más de 15 años
Por Fredy Miranda




La tríada de 1997, 1998, y 1999 culminó con un proceso de desquicio y anarquía que dió paso a una de las intervenciones más esquilmatorias de la provincia de Corrientes.
En todos los años restantes, recuperar la institucionalidad y la paz social solo pudo darse merced al uso de mecanismos políticos de torcimiento e interpretación parcial de la voluntad popular, a mano dura, avalada por una fuerte inyección en los salarios públicos, para tapar el fantasma de la iliquidez que dejó ese proceso, como se hizo en los últimos quince años..
Ese proceso rompió las reglas del desarrollo. Corrientes en casi veinte años perdió cuarenta, no avanzó, sino que retrocedió, y las inversiones públicas y privadas fueron esquivas por la inacción, abulia y hasta una visión clientelista que repetía en la provincia lo que se criticaba a la Nación. El marketing tapó como un barniz superficial, lo que subyace con mayor fuerza en Corrientes: la pobreza, el desarraigo, y deficientes servicios de atención al ciudadano, lo que genera el caldo de cultivo de una base social utilizada clientelistamente, y que amenaza en salir disparada, repitiendo los sucesos sociales de fines del 99 y 2001,  si no sigue siendo atendida durante toda una generación por lo menos, por la contención de un Estado que hasta ahora estuvo ausente en lo esencial.
En 1997 la crisis dentro del Pacto Autonomista Liberal culminó con una derrota electoral del establishment que dejó una provincia endeudada, debido a los costos de la hiperinflación alfonsinista que barrió con todos los sueños de crecimiento económico en democracia que nacieron en el 83.

En el frente interno, la situación siempre fue explosiva en la Legislatura, con varios intentos de golpes institucionales generados por esa resistencia de los sectores conservadores del Pacto y del radicalismo. El PJ había absorbido la derrota del 93 y se alineaba a los vientos nacionales.
El 97 fue el año de los grandes desafíos políticos. Una doble vuelta que dejó al Pacto en desbandada y dio lugar a la formación de una entente con un sector del PJ díscolo y de la izquierda con deseos de aburguesarse. Un final del ciclo económico de la hiper, con vencimientos de deuda que no fueron autorizados a refinanciar. Ello generó el desequilibrio fiscal que hay que endilgar exclusivamente a quienes quisieron utilizar esa ocasión provocada adrede, para que el descontento social por la falta de pago de sueldos a estatales acarree su apoyo.
Un plan urdido desde la Legislatura  tomó por asalto el poder perdido en las unas. El desquicio nacional ,con la ida de Menem como fondo, fue la base para que el aislamiento correntino fuera peor, pero el anticipo de lo que se vendría allá también.
La muerte del candidato a gobernador favorito para ganar, Rubén Darío Casco, dejó al sector gobernante con un candidato muletto, que no estuvo a la altura de las circunstancias. Su ambición personal quedó eclipsada por su falta de liderazgo, y las mejores intenciones cayeron enredadas en la urdimbre política del pase de facturas. Pedro Braillard Poccard dejó ir el poder y el gobierno de sus manos, y los adversarios se hicieron fuertes en el bastión golpista de los últimos años. La Legislatura.
Un golpe institucional crecía bajo las lluvias torrenciales del 98 que castigaron duramente la economía productiva de la provincia. Un 98 trágico nuevamente para Corrientes y el fin de ciclo alentaron la vendetta. El 99 se acercaba amenazante para la economía estatal, y los vencimientos de la deuda del período democrático anterior a las intervenciones menemistas, se iban a convertir en el ariete que rompiera el orden institucional.
Así, el 99 llegó con descuentos de hasta el 100 % de la coparticipación federal, que arrasó con todo. 
Los sueldos estatales se atrasaron primero, y se dejaron de pagar después, provocando la salida a las calles de dirigencia gremial venida a menos y con privilegios perdidos, políticos pasados de moda, y las ganas de rapiñar el poder de algunos calienta cabezas. Entre ellos, hasta el mismo Arzobispo Domingo Salvador Castagna, desconocedor de la idiosincracia real de los correntinos, bendijo junto a algún que otro clérigo representante de sectores conservadores,  la ruptura del orden institucional.
Echaron al gobernador y al vice mediante un juicio político con sentencia previa, tomaron el poder desde el Senado con un gobernador que era senador al mismo tiempo, algo insólito para un orden institucional, e intervinieron el único municipio que les molestaba: el de la Capital.
Así, encaramados en el poder, la verdadera cara del proceso golpista salió a la luz. No se pagaron los sueldos, no se consiguieron fondos frescos, no se buscó una salida institucional y política, sino que se buscó dejar incendiada una provincia que se les tornó ingobernable en todo sentido. El “Paren por Cristo” del arzobispo, sonó muy tarde, y cuando Corrientes ya era una piltrafa. Si lo hubiese hecho un año antes, quizás, el orden institucional no se hubiese subvertido.
Así, diciembre del 99, al fin de siglo, terminaba con una provincia en llamas. Los estudiantes pasaron de  grado por decreto, sin haber ido a  clases debido a los paros que no culminaron con la caída de Braillard, sino que continuaron durante el gobierno de Rubén Perié, que supuestamente traía la solución que prometían los gremialistas docentes.
Varios muertos en el Puente General Belgrano, una economía en ruinas con 10 mil estatales dejados en la calle o perseguidos por sus ideas políticas, una sociedad divida, con familias a las que aún hoy les cuesta volver a hablar de esos años, el ataque y la persecución como manera de desacreditar al que pensaba distinto, y una oscuridad institucional en todo sentido, que dio paso a la peor intervención federal que terminó llevándose de Corrientes, los recursos que no eran suyos, dejando en peor situación de la que recibieron al ingresar a sangre y fuego un 17 de diciembre.
Sin dudas que el 99 fue el año del comienzo de la pérdida de la dignidad verdadera de los correntinos. Quizás sea tiempo de revisar la historia reciente, para, ante un nuevo período lleno de esperanzas que arranca con un nuevo ciclo presidencial, comience a mirarse el futuro con otra perspectiva, y no con la del atraso en la que Corrientes ha quedado por culpas propias y ajenas.









jueves, 13 de octubre de 2016

2016. Ni oficialistas ni oposición, simplemente periodistas


Si hay algo que no somos en Norte de Corrientes es ser RR.PP. Somos periodistas, y seguimos nuestra propia agenda. “Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que se publique, todo lo demás es relaciones públicas”. (George Orwell)
Por Fredy Miranda

Al final de 2013 escribía diciendo que los medios de comunicación iban a marcar la agenda al Poder, y así fue ( hhttp://www.nortecorrientes.com/article/20457/2014-cuando-los-medios-marcan-la-agenda-a-los-gobiernos ) . Lástima que esa agenda fue una agenda de decepciones. No nos equivocamos en un año electoral, como escribí a su vez en el final del 2014. ( http://www.nortecorrientes.com/…/2014-agenda-de-anuncios-20… ).
¿Presagio?. No, solo observación atenta y no comprometida con el Poder de turno, ya sea oficial u opositor. No es el justo medio, porque la realidad no da lugar para grises. Simplemente posicionamiento desde una visión que le falta al Poder: el sentido común, que siempre es Justo.
Si hay algo que no somos, es ser propagandistas o relaciones públicas de un sector. Somos simplemente lo que no reparan suficientemente desde el Poder. Por eso el ardid del aguijón permanente para picar en los talones a los gobernantes de turno.
2016 nos espera con una agenda de decepciones por transformar en alguna que otra esperanza, ya que el 2015 nos dejó todas en el haber. El segundo puente y las viviendas para Corrientes fueron ese mar de frustraciones que señalábamos en el 2014. Hoy se usan los medios de propaganda y se alquilan periodistas vestidos de RR.PP. para impulsar una campaña del Cambio.
Pero escépticos por naturaleza, y esperanzados por defecto, rompemos esa barrera de obtusa miopía, y miramos más allá.
2016, auguramos como el de la reconstrucción de los vínculos, pero también de marcar las diferencias. No porque desde el Gobierno nacional se siga demonizando el pasado, podrá conquistar el futuro. Eso sería macrizar el kirchnerismo. Mudar de tiranos para prolongar la tiranía. Sería pasar el poder económico y político de un sector a otro. El pedido del Papa Francisco de “La Patria es el Otro”, (la frase es del Cardenal Bergoglio, y no de otro/a), o de “ponerse la Patria al hombro” (ídem) es nuestro Norte.
Y allí radica la diferencia de nuestra función y la de los gobernantes.
Seremos siempre el hombro de la Patria y quien descubra el rostro del Otro. Por eso debemos contar lo que no se quiere que se publique, de los cuales este gobierno nacional ya ha dado muestras de ese vicio de poder. Desde el mismo momento de no mencionar la situación escandalosa del ex interventor Oscar Aguad en Corrientes, es muestra suficiente de “querer vender un mensaje” falso. No es de extrañar que los medios locales de eso no hablen.
Es por eso mismo, que el alineamiento de las radios y los diarios correntinos ni siquiera mencionan una voz diferente a la oficial que sale desde las oficinas de Información Pública de la Casa de Gobierno local.
La pauta oficial marca el ritmo de las relaciones públicas en Corrientes. Y no por acción del gobierno, especialmente, sino por temor a perderla de los medios. Su falta de independencia es debido al fantasma siempre presente, de que criticando al poder de turno, se exponen al retraso del pago de un expediente, el recorte o corte de la pauta publicitaria oficial, y la consiguiente debacle de la pérdida de ganancias, que si se concreta, deviene en la excusa para recortar haberes o personal.
No hay que ser inventor de pólvoras para saber cómo es el juego.
Pero eso es la realidad que vive un sector. El del Poder político y el de los medios.
La otra realidad, la que no se muestra desde ellos, es la que esperanzamos desde Norte de Corrientes.
Queremos ser el hombro de la Patria, que sí es el Otro. Y ese Otro no necesita del Poder para Ser. Cada día del 2016 veremos sus rostros, que no son ni más ni menos aquellos que uno a uno sumaron votos de un lado y otro y distribuyeron el poder en el país y en la provincia.
Unos repartidos por mitades y colocando un presidente y un gobierno en la Nación. Ambas mitades son importantes, y demuestra que la gente piensa que no todo estuvo mal del anterior gobierno, y que no todo es bueno del que está.
Y en la provincia, el poder está repartido de tal manera que no hay ambigûedades. Si no hay oxigenación, apertura, proyección y resarcimiento de daños reconocidos y causados, llegaremos al 2017 con la Caja de Pandora con vientos forzando por salir. Hay una realidad que no se quiere ver desde el Gobierno y no quiere que se muestre en los medios, que obedecen en silencio esa señal.
Quizá seamos la válvula de escape a esa presión, quizá solo un canal más, pero no perderemos nuestro rol del que estamos más que convencidos, comprometidos.
Humanidad, por sobre todas las cosas. Rostros, miradas, afectos, sentimientos, serán nuestra búsqueda diaria. Si no mostramos eso, no reflejaremos la realidad tal cual es.
Por eso no podemos hacer relaciones pùblicas nunca, por eso nunca haremos propaganda, por eso no callaremos.
Sabemos lo que somos: periodistas, con una gran carga al hombro.

EL MEDIO ES EL MENSAJE (MACLUHAN)


El gran teórico de la comunicación MacLuhan acuñó la expresión de que "el medio es el mensaje": no se dice algo porque sea verdad; se toma como verdad porque se dice. La televisión, la radio, la letra impresa, los espectáculos de diverso orden tienen un inmenso prestigio para quien los ve como una realidad prestigiosa que se impone desde un lugar para uno inaccesible. El que está al corriente de lo que pasa entre bastidores tiene algún poder de discernimiento. Pero el gran público permanece fuera de los centros que irradian los mensajes. Es insospechable el poder que implica la posibilidad de hacerse presente en los rincones más apartados y penetrar en los hogares y hablar a multitud de personas al oído, sin levantar la voz, de modo sugerente.

El kirchnerismo utilizaba de manera burda y hasta obscena las cadenas nacionales para manipular con su relato y sus mensajes.



El gobierno actual utiliza las cadenas de los medios masivos privados para manipular, obsecuentemente y con un mensaje opuesto, pero con todos los vicios de querer dominar el mensaje de la demonización del adversario.
Es hora de tener un pensamiento crítico ante los mensajes que nos llegan, y con los pies sobre la tierra, mirar adonde estamos parados, para que no nos "vendan" ni "compremos", merced a sloganes sugerentes, lo que se quiere que pensemos.

San Martín no es correntino

San Martín no es correntino

Como hijo de la histórica Provincia de Misiones, tengo el deber de afirmar categóricamente y más allá de posturas, versiones o intentos de dar al Padre de la Patria un gentilicio que nunca lo tuvo, no lo usó y menos aún, le corresponde, que su nacimiento ocurrió en un pueblo de Misiones, lejos de la jurisdicción de Corrientes, y por sobre todas las cosas, en territorio americano al que lo veía como una sola nación. San Martín nació en Yapeyú un 25 de febrero de 1778, en uno de los 30 Pueblos de la Provincia Hispánica de Misiones, heredera del conjunto de las Misiones Jesuíticas desde 1768, y de la cual derivara desde 1810 la Provincia Hispánica de Misiones, arrebatada injustamente por la oligarquía correntina en 1830, con lo cual perdiera su autonomía, felizmente recuperada en la década del 50 del siglo pasado, al crearse nuevamente la Provincia de Misiones. Su padre era el teniente de Gobernador Don Juan de San Martín, con sede en Yapeyú, y que dependía de la capital de la Provincia de Misiones con asiento en Candelaria. Podrá ser hoy en día una discusión bizantina, pero a la hora de dar un gentilicio al Padre de la Patria, opto por considerarlo como él mismo se consideraba: ciudadano americano, nacido en Yapeyú, en Misiones. Ya lo dice el investigador y periodista misionero Alberto Mónaca: “Para sostener la falacia de que San Martín fue correntino se pretendió siempre incorporar a Yapeyú, como pueblo de “las Misiones Jesuíticas”, llegando al colmo ciertos historiadores correntinos en sostener que ese pueblo fue la capital del por entonces imperio jesuítico cuando la verdad histórica es que Candelaria siempre fue su capital y Yapeyú era una delegación”. 
“Con la misma excusa de “las Misiones” se hace figurar a Carlos María de Alvear como el lugar de su nacimiento pero, sin aclarar pueblo alguno, ya que el héroe de la Batalla de Ituzaingó en la guerra contra el Brasil había nacido en Santo Angelo en 1789 cuando este pueblo también pertenecía a las Histórica Provincia de Misiones y que junto a otras seis reducciones jesuíticas son usurpadas por el imperio lusitano en 1801. Con el criterio correntino de apoderarse de Yapeyú cuando nació San Martín, entonces Carlos María de Alvear no se trata de un héroe argentino sino de un héroe brasileño que traicionó a su patria”. “Por otra parte, Diego de Alvear y Ponce de León, padre de Carlos María, como integrante de la Comisión Científica del Reino de España que llegó al Río de la Plata en 1783, fue autor de una obra que desmiente categóricamente las pretensiones correntinas: “Diario de la Comisión de Límites y Relación Histórica y Geográfica de la Provincia de Misiones”, y no de “las Misiones”. Es importante destacar para desmentir que el Libertador fue correntino que fue el propio San Martín quien al contraer enlace matrimonial con Remedios de Escalada el 12 de septiembre de 1812, al preguntársele de donde era nativo, respondió: “soy natural del pueblo de Yapeyú, en Misiones”, no dijo ni en “las Misiones” ni mucho menos “en Corrientes”. (El documento fue escrito hace 196 años en esa iglesia porteña (de la Merced) cuando San Martín tenía 34 años. 
En el acta se lee: “Dn. José de San Martín Teniente Coronel y Comandante del Escuadrón Granaderos de a Caballo, natural del Pueblo de Yapeyú en Misiones...”). LA VERDAD HISTÓRICA DE LA PROVINCIA DE MISIONES Algunos antecedentes históricos 1) El 25 de julio de 1771 –siete años antes que naciera San Martín- el Rey de España dispuso un gobernador único para los 30 pueblos jesuíticos con capital en Candelaria y con tres tenientes de gobernadores con sedes en San Miguel, Santiago y Yapeyú; 2) Tanto en 1784 como en 1792, ante las pretensiones de Corrientes de tomar posesión de Yapeyú, el Virrey Márquez de Aviléz y su sucesor Juaquín del Pino, fueron categóricos en negar que se concretara ese objetivo; 3) El 18 de junio de 1810 es la Histórica Provincia de Misiones la primera en adherir a la Revolución de Mayo; 4) El 16 de septiembre de 1810, la Junta de Gobierno de Buenos Aires confirma a Misiones como provincia de las Provincias Unidas del Río de la Plata; 5) Manuel Belgrano, en su viaje al Paraguay, estando en Curuzú Cuatiá, el 15 de noviembre de 1810, reafirma la pertenencia de Yapeyú a Misiones y fija por primera vez al Arroyo Miriñay (al Sur de Paso de los Libres) como límite con Corrientes. 6) El 30 de diciembre de 1810, Manuel Belgrano redacta de puño y letra el Reglamento para la Histórica Provincia de Misiones, la primera Constitución en la República; 7) El 20 de septiembre de 1814, Gervasio Antonio de Posadas, enemigo de Artigas y del sistema republicano y federal de gobierno, como venganza a esos ideales que abrazara Misiones, en forma unilateral y arbitraria crea la provincia de Corrientes –que no existía como tal- a expensas de todos los pueblos misioneros. Ese decreto nunca tuvo vigencia por cuanto no fue aprobado por asamblea alguna de la Confederación Argentina; 8) Desde 1819, con el Tratado de Asunción del Cambay; en septiembre de 1820 con la República Entrerriana; con el Tratado del Cuadrilátero del 25 de enero de 1822 y hasta el 24 de septiembre de 1827 entre Corrientes y Entre Ríos se obligaba a respetar los límites de Misiones y su autonomía; 9) Sin embargo, el 19 de abril de 1830, el gobernador de Corrientes Pedro Ferré, desconociendo y violando todos esos tratados, comienza a ocupar todo el territorio de Misiones; 10) Recién en 1881, por iniciativa del presidente Julio Argentino Roca el Congreso de la Nación aprobó la constitución del Territorio Nacional de Misiones, con los arroyos Chimiray e Itaembé como límites con Corrientes, perdiendo Misiones todo el sector sur-oriental con alrededor de 30.000 kilómetros cuadrados y, por supuesto, la jurisdicción sobre Yapeyú. No obstante esta verdad histórica, se sigue con la falacia que San Martín es correntino cuando la verdad debería aclarar que el Padre de la Patria nació cuando Yapeyú pertenecía a la Histórica Provincia de Misiones y que desde 1881 pasó a jurisdicción de Corrientes. Cabe aclarar que el proyecto de Roca fijaba al arroyo Miriñay como límite con Corrientes, que fue rechazada por la mayoría que lideraban los porteños con el apoyo siempre de los representantes correntinos. 
Durante más de 50 años Corrientes usurpó ilegítimamente todos los pueblos de la que fuera la Histórica Provincia de Misiones usufructuando de sus valiosos recursos naturales y explotando inhumanamente a sus habitantes originarios. El 17 de septiembre de 1879, la legislatura correntina, en homenaje a su benefactor cambió el nombre de Trinchera de San José por el de Posadas, otro agravio e ignominia que todavía venimos soportando los misioneros como Capital nada menos de la Provincia de Misiones.
Sin ánimo de polemizar, tan solo de fijar postura de una verdad que en mi provincia natal se imparte en los planes de estudio escolares, y en los que fui formado desde niño, quiero en esta fecha del natalicio del Prócer más excelso de América del Sur, afirmar una verdad histórica: San Martín no es correntino, es americano nacido en Yapeyú, Misiones. Fredy Miranda.